Los bilbaínos tomaron con buen agrado el cambio de equipación (sobre todo por la mejor calidad del tejido) y el 9 de enero de 1910 estrenaron las nuevas camisetas. En las navidades de ese mismo año, aprovechando un viaje que realizaba a Inglaterra, al jugador Juan Elorduy le encargó el presidente del Athletic de Bilbao que comprase una cincuentena de nuevas camisetas (las realizadas en el Reino Unido eran de muchísima mejor calidad que las que ellos tenían).